Ruta de los Dulces

Hay muchos motivos para visitar la villa de Viveiro: su historia de 900 años; el encantador casco viejo, con monumentos como la Puerta de Carlos V; el estuario del río Landro, símbolo de la ciudad, que tiene un importante valor paisajístico y ornitológico; y ¡también sus dulces!

El más conocido es la tarta de almendras, que además lleva bizcocho, cabello de ángel y fruta escarchada de adorno. En alguna confitería elaboran la Colineta, una tarta recogida por el escritor Cunqueiro en su obra. Es una especie de bizcocho hecho con huevos, azúcar y almendras molidas, sin harina.

Tienen mucha fama y demanda, sobre todo en Navidad, los dulces del convento de Valdeflores, elaborados artesanalmente por las monjas dominicas. El cenobio, situado al lado del Landro, es visitable, al igual que una fábrica de cerámica con museo, tienda y jardín.

La Semana Santa de Viveiro (Fiesta de Interés Turístico Internacional) es una de las más conocidas y populares en Galicia. La oferta gastronómica de estos días se complementa con sobremesas como el Pan de los Apóstoles.

Otra fiesta a destacar por su vistosidad y gastronomía es el Carnaval, uno de los más famosos de la Mariña. Busca los “freixós” (filloas), orejas o rosquillas, elaboradas en diferentes establecimientos.

Si te sorprende esta lista de sobremesas únicas con las que se hace la boca agua, ¡te damos la oportunidad de visitar un taller para participar en su elaboración!

Haz una parada en Alfoz para conocer y preparar tú mismo dulces en uno de los talleres del municipio. Aprovecha para recorrer estas tierras recordando el legado del histórico mariscal Pardo de Cela, amado y odiado por igual, y visita el castillo de Castrodouro, también llamado Torre del Homenaje. En el interior encontrarás el curioso Museo de los Zuecos y la Oficina de Turismo.

Los mazapanes del Carnaval del valle de Lourenzá nada tienen que ver con los de almendras navideños. Se hacen dos masas, una madre con harina, agua y levadura, y una segunda con huevos, azúcar, sal, mantequilla, limón y harina. Se deja fermentar la primera, se mezclan ambas y se mazan. Luego, se estiran, cortan en trozos y se fríen.

El Domingo de Piñata, el primer domingo después del Martes de Carnaval, es el día más esperado por los laurentinos porque el desfile de carrozas cierra esta fiesta por todo lo alto.

La Fiesta Normanda de Foz, además de inspirar esta espectacular recreación histórica basada en las antiguas invasiones vikingas en el Reino de Galicia, es el origen de una tarta del mismo nombre y receta secreta.

Relacionada con esta historia de obispos, vikingos y focenses está, por supuesto, la basílica de San Martiño de Mondoñedo (s. XI-XII). Construida sobre un templo prerrománico, fue sede episcopal de la diócesis mindoniense hasta la construcción de la catedral de Mondoñedo y está considerada la catedral más antigua de España (s. VI).

En Foz también podrás “degustar” dos playas del pueblo, ¡además de ponerte moreno en ellas! Las “rapadoiras” son un dulce de almendras, coco, azúcar, huevos y un baño de chocolate con leche. Las “piedras de Llas” están elaboradas con almendras y chocolate. Para honrar a estas “indulgencias”, recorre el paseo marítimo Rapadoira-Llas, desde la playa de Rapadoira, la primera en conseguir bandera azul en A Mariña lucense en 1987, hasta la de Llas o incluso Peizás. Es uno de los caminos más bonitos por Foz para disfrutar de la ría, del puerto deportivo y de su variada flora y fauna.

Y si vienes en Carnaval, acompaña los desfiles de carrozas con los imprescindibles freixós.

El dulce más carismático de Barreiros es el carolón. Su nombre hace referencia a los nogales o “concheiros”, que en A Mariña también se llaman “caroleiras” y las nueces, “carolas”. Tiene textura suave y mantecosa y un ligero toque a anís, con corazón de nueces, pasas, suave y fina miga.

Aquí, frente a la también llamativa rasa cantábrica (la línea de costa recta y baja), anímate a caminar por la Ruta de las Playas desde la casa consistorial de Barreiros hasta la playa de Arealonga.

Conocida, y reconocida, es la tradición chocolatera de Ribadeo, orgullosa heredera de su pasado indiano. Históricas fábricas de chocolate del pueblo incluso se han animado a ofrecer nuevos sabores al paladar como los bombones de mar, con algas ecológicas de la costa local.

Igual que en las anteriores paradas, el Carnaval es la fiesta de los freixós que, con seguridad, es una de las sobremesas identitarias de la gastronomía gallega. El término más extendido en el territorio gallego es filloa, aunque en A Mariña se conocen como freixós y suelen ser dulces (anisados).

Otro imprescindible de Ribadeo para los golosos es una parada en el convento de Santa Clara para catar la fama de sus dulces.